Opinión 

UABJO : un año después

Isidoro YESCAS

Este viernes 19 de mayo el rector de la UABJO, Eduardo Bautista, rendirá su primer informe de actividades ante el Consejo Universitario enmedio de una severa crisis económica e intermitentes conflictos internos y sindicales que le han impedido cumplir a cabalidad con sus funciones sustantivas.

Cuando el problema económico se hizo público por parte de las autoridades universitarias escribí lo siguiente: “ La UABJO arrastra desde las dos últimas administraciones un fuerte déficit financiero provocado lo mismo por la insuficiencia de los subsidios federal y estatal que anualmente se le asignan, que por los bajos montos que reciben por vía de los programas extraordinarios, sujetos fundamentalmente al rendimiento académico de sus institutos y facultades. Sin embargo, este déficit también se ha originado por un conjunto de irregularidades y presuntos actos de corrupción que se agudizaron en las dos administraciones que precedieron a la del rector Eduardo Bautista.

Desde la rectoría se auspició o toleró la existencia de nóminas apócrifas para alimentar el clientelismo y el porrismo, institucionalizar el tráfico de influencias en las actividades académicas y en las asignaciones de la obra universitaria, desvío de recursos del fondo de pensiones y, a partir de la administración del exrector Eduardo Martínez Helmes, una fuerte sangría al presupuesto universitario en el pago de salarios por la vía del outsourcing, situación que motivó que en el 2015 la SHCP realizara observaciones (al rectorado de EMH) al irregular manejo financiero de la UABJO por casi 63 millones de pesos.

A todo lo anterior habrá que sumarle todo las erogaciones extraordinarias que representan las revisiones salariales y contractuales que cada año se pactan con los cinco sindicatos de la UABJO ( ahora ya son seis con la toma de nota del Sindicato de Universitarios Académicos) recursos que, en su mayor parte, han sido cubiertas directamente por el gobierno del estado.

Pero el déficit financiero de nuestra Casa de Estudios es solo una parte del problema, porque la crisis que hoy toca fondo viene de más atrás y tiene relación directa con un modelo académico , administrativo y político (patrimonialista y clientelar) que se quedó anclado en el pasado .

Su Ley Orgánica es fiel reflejo de esos rezagos y, sin embargo, es la parte que ni la administración de Eduardo Bautista ni las que le precedieron se han atrevido a poner a debate y, en su caso, proceder a un reforma universitaria que se constituya en el pivote de todos los cambios que le urgen a la UABJO.” (“¿Tocó fondo la UABJO”, en Noticias, febrero 12 del 2017).

Hasta aquí la larga cita, a la que solamente habría que agregar que desde entonces poco o nada ha variado en lo que hace a la voluntad y disposición de las autoridades universitarias para hacer frente a la crisis terminal que vive nuestra Universidad con medidas radicales que obliguen a los gobiernos federal y estatal a voltear los ojos hacia la única universidad pública del estado de Oaxaca.

Rectoría y directores de escuelas y facultades han coincidido en demandar públicamente a los gobiernos federal y estatal, y a los poderes legislativos, la instalación de una “mesa de ampliación presupuestal”. Sin embargo, su compromiso demasiado vago y general con “la transparencia y rendición de cuentas, así como el apego del ejercicio presupuestal a la normatividad vigente”, como se indica en su documento, resulta a todas luces insuficiente.

Por lo mismo, ya es hora de que los problemas de nuestra Universidad se revisen y debatan con todos los universitarios , y con otros sectores sociales y académicos, y no solamente entre la rectoría y los directores de escuelas y facultades.

Antes que la UABJO termine por hundirse es hora ya de romper con los compromisos políticos del pasado reciente y animarse a un cambio de fondo que la vuelve a colocar como nuestra máxima Casa de Estudios.

Mayo 19 del 2017.

 

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